El móvil es uno de los dispositivos más utilizados en el siglo XX, cuyo fin era tenernos conectados los unos con los otros, bueno ese era el fin principal, sin embargo, nos separa más que nunca.
No hay más que mirar a tu alrededor, las personas en el transporte público solo miran el teléfono, también lo miran cuando están con sus amigos que llevan escribiéndose toda la semana para quedar. La realidad es que estamos encadenados al teléfono, pero ¿hasta que punto estás enganchado a esta droga?, ¿de que manera puedes desengancharte?
Lo llamo droga porque activa los mismos mecanismos cerebrales que ciertas drogas, liberando dopamina asociado al placer y a la recompensa, de manera muy rápida. Tu cerebro lo recibe como una recompensa y que además no requiere mucho esfuerzo como podría suponer otro tipo de actividad.
Pero…, ¿Soy adicto?, en este artículo de QMente, hablaremos sobre esta condición y cómo abordarla.
¿Cómo identificar la adicción al móvil?
1º Uso de manera compulsiva del teléfono
Si lo tienes siempre a la vista, lo llevas contigo a todas partes y sientes la necesidad de revisarlo cada pocos minutos, aunque sea solo pulsar la pantalla para ver si tienes alguna notificación.
2º Si no lo llevas contigo sientes ansiedad
Si no puedes revisar el teléfono, se te ha olvidado en casa, te queda poca batería o, aunque esté con sonido lo tienes en otra habitación, y esto te hace sentir ansiedad, estar incómodo y preocupado.
3ºInterrumpe tus actividades
Esto es muy común en los estudiantes, que no pueden concentrarse en el estudio porque cada poco tiempo hay alguien hablándoles. Hay personas también a las que les interrumpe en el trabajo, en el sueño o incluso prefieren pasar tiempo utilizando el teléfono a realizar actividades cara a cara.
4ºFalta de control
No puedes controlar el tiempo que pasas en el teléfono, o lo utilizas en momentos inadecuados, cómo conduciendo. Hay personas que se ponen los limitadores de tiempo de las aplicaciones, pero, a pesar de ello se lo saltan y pasan horas al teléfono.
5º Te aislas socialmente del resto de las personas
Como es tan sencillo hablar con otras personas sin necesidad de movernos de casa podemos aislarnos progresivamente, alimentando la fobia social. Antes en el transporte público las personas hablaban entre sí, se conocían y comunicaban, hoy vamos todos con el teléfono en la cara.
Estos son solo algunos síntomas que te puede hacer sospechar que probablemente seas adicto al teléfono, pero no te preocupes porque la buena noticia es que es posible desengancharse.
¿Cómo gestionar la adicción al móvil?
- Observa en que momento haces uso de tu teléfono y de que aplicaciones específicas, ¿cuándo estás teniendo una emoción difícil de gestionar?, ¿Cuándo estás aburrido? Es importante darnos cuenta de que función cumple el teléfono en nosotros porque muchas personas lo utilizan simplemente para evadirse.
- Establece tiempos en el día sin el uso del teléfono, observa tus pensamientos y emociones ya que son las que te llevan a buscar la evasión que proporciona el teléfono o las aplicaciones específicas que utilices. De esta manera vas a ver que cosas hay en tu vida que estás evitando o no estás solucionando correctamente.
- Puedes utilizar una especie de diario donde apuntes todo esto y así al cabo de la semana tener una idea más clara de qué es lo que te lleva a ese uso compulsivo.
- Utiliza los límites de tiempo en las aplicaciones, esto va a permitirte ser más consciente del tiempo que llevas en el teléfono, o establece horarios específicos en tu día a día para utilizar según que aplicaciones.
- Desactiva las notificaciones para que no te distraiga el teléfono cada vez que se le encienda la luz de la pantalla ya que probablemente no pares de pensar que has recibido hasta que lo mires, generando esa sensación ansiosa y haciendo que no te concentres en la actividad que estabas haciendo.
- Haz una desintoxicación digital, elige un día a la semana en la que no toques el móvil, lo dejes en casa y te desconectes completamente. Designa horarios diarios donde dejes el teléfono donde como por ejemplo tras la hora de la cena.
- Finalmente potencia otras actividades alternativas que puedan ser mucho más beneficiosas para ti, como leer, pintar, quedar con amigos etc. algunas de estas no van a darte dopamina tan rápida, pero tu cerebro y tu bienestar emocional te lo agradecerá.
Desengancharse del teléfono es el primer paso para un cambio positivo que te va a permitir conocerte más a ti mismo identificando patrones de uso y emociones subyacentes que te impulsan a utilizarlo. Quizás a partir de aquí empieces a resolver problemas que tienes, promoviendo un mayor bienestar personal y desarrollando conexiones más significativas en tu vida diaria.
Si aun así ves que no puedes dejar de utilizar el teléfono, que identificas las emociones, pero no sabes de donde vienen o no consigues enfrentarlas, recuerda que puedes ponerte en contacto con un profesional de la psicología. No estás solo.