Antes de profundizar, es importante reconocer que no es realista mantener un estado de motivación constante. La motivación, definida por Touré-Tillery y Fishbach (2014) como “la fuerza que lleva a la acción”, es el motor que impulsa nuestras acciones y proyectos.
Sin embargo, este impulso no es permanente. Habrá días en los que las dudas nos invadan y pensemos en renunciar, pero lo esencial es mantener el enfoque en lo que queremos lograr a largo plazo. En este post de QMente Psicología te lo explicamos.
El papel de la perseverancia para mantener la motivación
Para alcanzar nuestras metas, la perseverancia supera a la motivación inicial. Si bien este estado emocional es clave para empezar, es la constancia y la claridad en el propósito lo que realmente nos lleva a cumplir nuestros objetivos.
Los dos tipos de motivación
- Motivación intrínseca
Es aquella que surge de nuestro interior y no depende de factores externos. Evoluciona con nuestras necesidades: desde satisfacer requerimientos básicos, como alimentarnos, hasta objetivos más complejos, como alcanzar una meta profesional o personal. - Motivación extrínseca
Proviene de estímulos externos, como recompensas o sanciones. Por ejemplo, trabajar para recibir reconocimiento o cumplir con las expectativas de un superior. Sin embargo, este tipo de motivación tiende a ser menos duradera que la intrínseca.
Factores clave para mantener la constancia
- Enfoque en la meta
Visualizar el resultado final nos ayuda a mantener la motivación activa y perseverar incluso en los momentos difíciles. - Atención al proceso
En lugar de pensar en el tiempo que falta, es más útil concentrarse en las pequeñas tareas que nos acercan gradualmente al objetivo. - Propósito claro
Reflexionar sobre el “por qué” detrás de nuestras acciones refuerza nuestra determinación y compromiso. - Disfrutar del camino
Si la actividad resulta compleja o frustrante, es importante buscar formas de hacerla más amena y accesible para evitar el abandono.
Estrategias para ser constante
- Clarificar el objetivo: Definir metas claras, realistas y alcanzables, utilizando métodos como la técnica SMART (específicos, medibles, alcanzables, relevantes y temporales).
- Fragmentar el trabajo: Dividir las metas en pequeños logros diarios genera una sensación de avance continuo.
- Gestionar el tiempo eficazmente: Métodos como la técnica Pomodoro (intervalos de 20-30 minutos de trabajo seguido de descansos breves) son ideales para mantener la concentración.
- Celebrar los avances: Premiarse al alcanzar hitos fomenta tanto la motivación intrínseca como la extrínseca.
- Registrar el progreso: Anotar nuestros avances permite valorar el esfuerzo realizado y reafirmar que estamos en el camino correcto.
- Buscar apoyo en el entorno: Rodearnos de personas con objetivos similares y compartir nuestras metas con seres queridos puede fortalecer nuestra determinación.
Mantener la motivación no significa evitar los altibajos, sino saber cómo gestionar estos momentos y continuar avanzando. Alcanzar nuestras metas no es un camino sencillo, pero cada paso dado con constancia y propósito nos acerca a nuestros sueños.
Si sientes que necesitas apoyo para mantener la motivación, en Qmente Psicología estamos para acompañarte en este proceso. Ponte en contacto con nosotros.