¿Qué es el estrés?
El estrés es una respuesta natural del organismo que se ha desarrollado a lo largo de la evolución como un mecanismo de supervivencia. Su función principal es preparar al cuerpo para enfrentarse a peligros y desafíos, activando recursos físicos y mentales que aumentan nuestra capacidad de reacción. En pequeñas dosis, el estrés puede ser beneficioso, ya que mejora nuestro estado de alerta, concentración y rendimiento en situaciones específicas.
Sin embargo, cuando el estrés se vuelve constante, excesivo o abrumador, puede tener un impacto negativo en la salud física y mental. Esto sucede cuando percibimos que no contamos con las herramientas suficientes para enfrentar las demandas de una situación estresante, lo que puede derivar en una sobrecarga emocional y física.
¿Qué produce el estrés?
El estrés puede tener diversas causas, conocidas como estresores, que varían entre las personas según su entorno y circunstancias. Entre los factores más comunes se encuentran:
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Causas laborales:
- Sobrecarga de trabajo.
- Falta de control sobre las tareas asignadas.
- Ambiente laboral tóxico o falta de apoyo de compañeros y supervisores.
- Desequilibrio entre la vida personal y profesional.
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Causas personales:
- Problemas familiares o de pareja.
- Cambios significativos en la vida, como mudanzas, divorcios o pérdida de un ser querido.
- Exigencias económicas o inseguridad financiera.
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Causas de salud:
- Enfermedades crónicas o diagnósticos recientes.
- Preocupación excesiva por el bienestar físico.
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Factores externos:
- Situaciones sociales estresantes.
- Eventos inesperados como emergencias o desastres naturales.
Síntomas del estrés
El estrés puede manifestarse de manera diferente en cada persona, afectando tanto el cuerpo como la mente. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
Síntomas físicos
- Tensión muscular.
- Fatiga constante.
- Dificultades para dormir o insomnio.
- Cambios en el apetito (pérdida o aumento).
- Dolores de cabeza frecuentes.
Síntomas emocionales y cognitivos
- Cambios de humor, como irritabilidad o tristeza.
- Problemas de concentración o memoria.
- Sentimientos de ineficacia o desamparo.
- Agotamiento emocional, caracterizado por una sensación constante de cansancio mental.
Gestionar el estrés con terapia psicológica
Es importante abordar el estrés de manera efectiva para prevenir su impacto negativo en la salud. Algunas estrategias incluyen:
- Incorporar ejercicios como la meditación, la respiración profunda o el yoga.
- Mantener una alimentación equilibrada, hacer ejercicio regularmente y priorizar el descanso.
- Establecer prioridades y límites claros tanto en el trabajo como en la vida personal.
- Trabajar con un psicólogo o psicoterapeuta para identificar las causas del estrés y desarrollar herramientas para manejarlo.
Si el estrés está afectando tu vida diaria, nuestras terapias psicológicas presenciales en Madrid y online pueden ayudarte a recuperar el equilibrio emocional y físico.